El embarazo supone para la glándula un impacto importante, aunque la
futura mamá sea una mujer sana y nunca haya tenido problemas de tiroides. La
razón es que la glándula tiroides debe aumentar su producción de tiroxina en un
50 por ciento y se ve obligada a trabajar a marchas forzadas para hacer frente
al embarazo.
Se calcula
que la tiroides de la embarazada produce entre un 30 y un 50 por
ciento más de tiroxina que en condiciones normales. Para mantener el nivel de
T4-Libre en sangre estabilizado tiene que aumentar su ritmo de producción, ya
que además la madre transfiere al feto una porción de sus hormonas, suficiente
para mantener un desarrollo normal, si el feto tuviera problemas con su
tiroides.
Por qué se estimula la tiroides en el embarazo
El estímulo
importante de la tiroides en la mujer embarazada se debe a la influencia
de una serie de factores específicos:
1. La
gonadotrofina coriónica. Es la hormona del embarazo por excelencia y se produce en la placenta. Se
detecta en sangre o en orina de la madre y es la base del test de embarazo. Influye en
la estimulación del tiroides, sobre todo, durante el primer
trimestre. Su producción comienza inmediatamente después de la
concepción, a los 2 o 3 días y los efectos en el organismo de la mujer
embarazada se parecen muchísimo a la TSH. La gonadotropina coriónica actúa como un estimulante para el
tiroides. Aproximadamente, un 18 por ciento de las embarazadas tienen durante
el primer trimestre un ligero estímulo del tiroides que pasa desapercibido
entre las otras molestias que la embarazada siente.
Durante el
primer trimestre, se puede registrar una ligera elevación de la T4 y una
estancamiento de la TSH, que es normal y no debe de confundirse con un
hipertiroidismo. En el conocido falso hipertiroidismo del primer trimestre
del embarazo, hay un aumento de las hormonas tiroideas en sangre y una
inhibición de la TSH, os anticuerpos antitiroideos son normales y, sobre
todo, la ecografía es normal. En el segundo y
tercer trimestre bajan los niveles de gonadotropina coriónica y el cuadro
tiende a remitir.
En el hipertiroidismo
auténtico, hay un aumento de la vascularización en el tiroides que se ve en
el estudio eco doppler-color. En el falso hipertiroidismo, la ecografía
tiroidea es normal.
2. Los
estrógenos. En el segundo
y tercer trimestre tambien hay factores que modifican la función del
tiroides. Podrían estar implicadas las propias hormonas femeninas,
fundamentalmente los estrógenos. Las hormonas tiroideas circulan en
sangre unidas a una proteína que se llama TBG (Tiroxin Bindig Globulin o
Globulina Fijadora o Transportadora de la Tiroxina), y en el embarazo las
cifras de TBG se disparan. Entre las 16 y las 20 semanas de la gestación, la
cifra de TBG en sangre se dobla. En estas circunstancias, las cifras de T4 y T3
en sangre se alteran y pueden dar la falsa impresión de una alteración funcional,
pero si la T4-Libre no se modifica y sigue estando normal no existe y entonces no se presenta hipotiroidismo en el embarazo
En el
embarazo, la tiroides de la madre puede crecer un poco. Este crecimiento está
registrado por ecografía y sólo se da en un 10-15 por ciento de los casos.
Este
discreto aumento de tamaño vuelve a su estado original tras el parto y la dosis puede
reducirse a su nivel habitual de compensación.
Por eso se debe controlar con frecuencia los dosajes de hormonas tiroides(cada 4 a 8 semanas). Ya que el déficit así como puede producir infertilidad puede ser causante de la pérdida del embarazo
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